Silencio absoluto; lo único que crece es el apoyo a la solicitud de restitución de las plataformas descritas.
Ahora las limitaciones se hacen más evidentes, cuando los muchachos han tenido que pagar por tres cuatro horas de internet, y eso teniendo en cuenta sólo el horario del jueves en su tiempo de servicio social; a pesar de este bloqueo nadie claudica y menos viendo cómo se multiplica la solidaridad.
A cada uno de los que se han sumado, porque han hecho suya esta causa, gracias por contribuir al tejido global de solidaridad y libertad; es el derecho de la libre expresión fundamental para que los demás derechos tengan la impronta del cada uno.